Medallas de Oro de Salamanca 2025: Intervención del alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo
Quisiera comenzar mi intervención rindiendo homenaje, en nombre de todos, a dos personalidades excepcionales, medallas de oro de la ciudad de Salamanca, que nos han dejado, Sebastián Battaner y Silvestre Sánchez Sierra.
Cada uno de ellos desde ópticas, actividades y lugares diferentes tuvieron reservado un lugar preferente en su corazón para su Salamanca querida, y a través de su trabajo, ejemplo y brillante trayectoria personal y profesional promovieron el desarrollo de Salamanca y enaltecieron el nombre de nuestra ciudad ante todos aquellos que disfrutaron del privilegio de su amistad y compañía.
Nos sentimos muy orgullosos de ellos y los vamos a echar mucho de menos.
Que Dios les bendiga y les acoja.
Queridos amigos y amigas. Las Medallas de Oro de Salamanca 2025 se escriben con nombre de mujer.
Algunos de los más brillantes pasajes de nuestra historia han sido protagonizados por ellas. Salamanca no sería lo que es sin el talento, la constancia y la generosidad de tantas mujeres que, a veces en silencio y casi siempre con menos focos de los que merecían, han abierto camino.
Y lo han hecho contra viento y marea y, en muchas ocasiones, desde la incomprensión más absoluta y reclamando esa igualdad real por la que seguimos luchando hoy en día.
De Santa Teresa a Carmen Martín Gaite, cuyo centenario de su nacimiento estamos celebrando este año. De María la Brava a Gonzala Santana. De Beatriz Galindo a María Victoria Mateos. De las mujeres vacceas que escondieron las armas bajo sus ropas a las pioneras de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios.
Estamos en una ciudad que avanza gracias a la participación, el trabajo en equipo y el acuerdo. Que da continuidad a las políticas públicas y que transforma su presente sin olvidar a quienes dedicaron su vida a construir la ciudad que hoy disfrutamos.
Por eso hoy en este Teatro Liceo rendimos homenaje a ese papel de la mujer en sentido amplio. Desde lo más esencial como es el reconocimiento social de las amas de casa, hasta su cénit con el ejemplo de una doctora que figura entre las mejores de España y es una hematóloga de prestigio internacional.
Dos historias distintas con un mismo hilo conductor: la dignidad, el trabajo incansable y la excelencia al servicio de los demás.
La Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Salamanca nació en 1972, cuando la ciudad era otra y la igualdad parecía una utopía. Y el papel de la mujer en la vida pública era, en el mejor de los casos, secundario.
Aquellas pioneras crearon un refugio para miles de salmantinas que no tenían otro modelo: escucharon, alentaron, ayudaron frente a la soledad, la violencia machista o los problemas económicos y familiares. Y lo hicieron con una capacidad económica modesta, pero con una grandeza moral y una ilusión ilimitadas. Y sobre todo, con un cariño y una cercanía infinitas.
Su labor dignificó el trabajo de las amas de casa fuera del ámbito del hogar y ensanchó horizontes a través de viajes, congresos, visitas a museos y actividades culturales que las incorporaron a espacios de los que, hasta entonces, habían estado ausentes.
Dieron además la batalla de la cesta de la compra -sigan dándola, por favor-, defendiendo precios justos en las Juntas de Precios de los Gobiernos Civiles a finales de los setenta y, ya en 1985, adaptaron sus estatutos para incluir a consumidores y usuarios, anticipándose al espíritu de la primera gran ley de protección del consumidor.
Pero hicieron algo más: educaron a generaciones enteras en la igualdad y en la responsabilidad. Muchas de las mujeres que hoy ocupan puestos de liderazgo, aquí y fuera de aquí, lo deben al esfuerzo silencioso de sus madres, a esa pedagogía del ejemplo que sostenía el hogar, cuidaba a los mayores, atendía a los enfermos, sacaba adelante economías ajustadas y también abría mentalidades.
Salamanca tenía una deuda con este colectivo. Hoy empezamos a saldarla con una medalla de oro que es de todos y para todas. Gracias por ser vanguardia cuando ser vanguardia era poco menos que una locura.
Primero con María Luisa Oliete, presidenta de la Asociación durante dos décadas, y posteriormente con Gracia Sánchez, que sigue al frente de la misma hoy en día. Una mujer, por cierto, incansable con una vocación de servicio público admirable y que, a pesar de los años que no aparenta, mantiene una vitalidad y una ilusión ejemplares. Como han visto, se encuentran en buena forma. Enhorabuena a la asociación.
Y junto a la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, recibe también la Medalla de Oro de Salamanca la doctora María Victoria Mateos, una mujer que simboliza el techo que se rompe y la excelencia en un campo tan complejo como es la hematología.
Zamorana de nacimiento, profesora de la Universidad de Salamanca y hematóloga de nuestro Hospital, es un referente mundial en mieloma múltiple. Miembro de los principales foros internacionales y autora de más de 450 publicaciones científicas, Salamanca, España y la comunidad científica internacional conocen y admiran su trabajo. Nosotros, además, lo sentimos como propio.
La trayectoria de la doctora Mateos es la confirmación de que aquí el talento encuentra hogar y perspectivas de futuro. Creció profesionalmente en nuestro Hospital, lidera desde 2013 la Unidad de Mieloma y coordina ensayos clínicos que están cambiando la vida de pacientes dentro y fuera de nuestras fronteras. Ha presidido comités científicos en los congresos más prestigiosos, forma parte de los grupos de referencia mundiales y, por encima de todo, ha hecho de la investigación clínica una herramienta de esperanza.
Fue además pregonera de nuestras Ferias y Fiestas en 2023, el mismo año en el que también fue reconocida con el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación.
En una ciudad que apuesta de forma decidida por la tecnología, la ciencia, la investigación y la medicina como motores de transformación y de creación de empleo y riqueza, María Victoria Mateos es un espejo en el que mirarse.
La mejor abanderada de una Salamanca que mira al futuro con decisión y donde el talento joven empieza a encontrar oportunidades para quedarse gracias a un ecosistema empresarial y de centros de investigación cada vez más amplio y robusto.
Centros en los que María Victoria está dejando su impronta, como el IBSAL y el Centro de Investigación del Cáncer, que se han convertido en emblemas nacionales e internacionales en sus especialidades.
Siempre que tengo la oportunidad me gusta hablar de ellos, del extraordinario ambiente de compañerismo que se respira en sus laboratorios y además les invito a difundir lo que hacen para que todo el mundo conozca su dimensión y lo bien que se trabaja en Salamanca.
María Victoria Mateos representa igualmente la excelencia de un Hospital referente regional y nacional en muchos de sus servicios. Un complejo moderno que está incorporando la tecnología más puntera y que cuenta con un gran equipo, de primer nivel, que dispensa un trato profesional, cercano y humano.
Porque no hay medicina sin humanidad. Solo hay que escuchar a los pacientes de María Victoria para entender que el mejor tratamiento posible tiene que venir acompañado por una sensibilidad especial que reconforta, calma y, por supuesto, cura.
Queridos amigos y amigan. La humanidad y la solidaridad son señas de identidad de nuestra ciudad y representan a la perfección el carácter salmantino. Sobrio en muchas ocasiones, quizás un pelín más de la cuenta, pero profundamente comprometido y siempre fraternal.
Hoy, con estas Medallas de Oro trazamos una línea que va desde la base a la cumbre, desde la tarea callada que sostiene la vida cotidiana hasta la eminencia científica que abre nuevos caminos a la medicina. Decimos que no hay éxito sin raíces, ni cumbre sin base. Que la ciudad que aplaude a sus personajes ejemplares también honra a quienes, durante décadas, sostuvieron el tejido invisible de la convivencia.
Reconocer a las mujeres que nos trajeron hasta aquí y a las que nos llevan más lejos también es apostar por una Salamanca con más oportunidades y más justa.
En nombre de todos los salmantinos y salmantinas, enhorabuena a las galardonadas. Que estas Medallas de Oro sean espejo y estímulo: espejo en el que mirarnos para recordar de dónde venimos; y estímulo para seguir avanzando hacia esa Salamanca más próspera, más igualitaria y más humana que estamos construyendo entre todos.
Muchas gracias.
